26/1/11

EL PODER

Y entonces te detienes y regresas a los pies de la cama. Muerdes mi labio inferior y lo repasas con la punta de la lengua. Te descalzas y, sin soltar tu presa, abres las distintas puertas. Botones de camisa que se hunden en el ojal, cremalleras con sus dientes separados. Me tumbas con un empellón de tu mano de muñeca nacarada con uñas de sangre. Y consumas tu posesión. Bebo el rojo. Palpo el perfume de vainilla. Veo el aullido salvaje. Oigo las mariposas batiendo alas. Huelo el fa sostenido hasta que estalla. Luego te levantas jadeante. Ajustas la falda de vuelo, el jersey blanco, te pones los zapatos de tacón y caminas, tambaleante, hasta la puerta. Tú tienes el poder. Tú mandas. Pero sólo he de gritar no quiero, para que vuelvas. Tal vez mañana.

15 comentarios:

Pablo Gonz dijo...

Pues no lo entiendo pero no me hace falta: lo siento y con una gran fuerza. Precioso trabajo, Lola, escrito con el centro del estómago, diría yo. Dibujo exacto de un ambiente, de un ámbito pop, años sesenta... Perdón por el desorden: te comento desde el estómago.
Besos,
PABLO GONZ

AGUS dijo...

La sucesion de frase cortas y el ritmo trepidante convierten este texto en un puzzle perfecto. Una técnica exquisita donde todas las piezas encajan. Nítido. Redondo. Un registro nuevo que me deja otra vez con la boca abierta. Un placer pasar por aquí. Vuelvo a leerlo.

Abrazos, besos.

Torcuato dijo...

El poder del sexo es grande.
Besos, Lola.

Lola Sanabria dijo...

Gracias, Pablo, por no entenderlo pero sí sentirlo. A veces es más importante. Buen desorden estomacal.

Agus, tú siempre ves más allá, siempre me sorprendes con lo que ves. Gracias por ser tan fiel.

Tor, sexo es poder, sí, pero ¿y las palabras, y la intención que ocultan? Gracias por pasarte.


Besos y abrazos triples a repartir.

Maite dijo...

Me encanta como está contado, con esa pasión que con entrecortadas frases, como jadeos, nos vas planteando. Se siente el poderío, y sobre todo en esa última frase donde decir no basta para que ella diga aquí quien manda. Besos.

Rocío Romero dijo...

El amor (sí, también), el sexo y la obsesión... mezcla clásica para un relato diferente. Me ha gustado mucho el párrafo de las sinestesias "Bebo el rojo. Palpo el perfume de vainilla. Veo el aullido..."
Eres única, guapa.
Besos (itinerantes, hoy)
Rocío

David Baizabal dijo...

Soy de la opinión que las mujeres son las que eligen todo: la persona, el momento, el modo. Ése es el poder. Buen ritmo.

Un abrazo

Unknown dijo...

Hipnitizante Lola, una vez que se empieza a leer ya no puede dejarse.Una conscientemente velada claridad en el lenguaje y un gran ritmo producen, creo, este efecto mágico.
Un abrazo.

Luisa Hurtado González dijo...

Sugerente,excitante, poderoso. Eres la bruja de las frases cortas y a veces me montas en tu escoba y me llevas contigo, como ahora.
Gracias, bruja bueno.

David Figueroa dijo...

Que delicia, Lola, ese amalgama de sentidos que se entremezclan hasta confundirse... Esas uñas de sangre que, a mi parecer, esconden la verdad en analogía... Ese acrobático sin soltar tu presa...
Ese definitivo consumas tu posesión... Y esa última fase de cada partida, del largo pero no interminable juego, no quiero.
Besos.

Anónimo dijo...

Me gusta la sorpresa que contiene; estamos condicionados a pensar que siempre es él quien posee. Besos.

Anónimo dijo...

Entiendo que el poder lo tiene el que juega con el presunto poder de ella. En cualquier caso reafirmo los comentarios anteriores sobre la forma y la atmósfera que creas con las acciones que narras. Me encantó.
Abrazos.

Lola Sanabria dijo...

Gracias, Maite, por tus jadeos, digo comentario para este micro. Siempre ahí.

A mí también, Rocío, me gustan las sinestesias, alucinar en colores. Gracias por aún de paso, pasarte por aquí.

Baizabal, habría que abrir una encuesta y ver qué opinan las mujeres. Gracias por dejar tu opinión.

Me alegro de que te haya hipnotizado. Ahora cuenta hasta tres y despierta. Gracias, hermosa.

Pues claro que soy bruja, Luisa, de hecho llevo una de plata colgando de mi cuello. Un placer leer tus comentarios.

También a mí, David, me gustan las uñas de sangre. Son muy atrayentes. Mil gracias.

Y a mí me gusta que te guste, Delia. Agradezco tus letras.

Muy buen entendedor, Alberto. Las cazas al vuelo. Gracias por dejar aquí tu sagacidad.

Puñado de besos a repartir.

Juan F. Plaza dijo...

Lola: la primera sensación que tuve, además de la orgía de sensaciones, fue que estabas relatando la escena hacia atrás, como si rebobinaras. No tengo ni idea de por qué.

Lola Sanabria dijo...

Es otra lectura más. Me encanta que tenga más de una. Gracias woody.

Besos a pares.