18/7/12

PARA LA OCASIÓN

Fotografía tomada de la red

11 comentarios:

Nicolás Jarque dijo...

Lola, esta voz tan andaluza te queda ni que pintao. Me recuerda a mis abuelos, uno cordobés también y la otra manchega pero lindando con Córdoba también.

¡Felicidades por la lectura!

Abrazos con acento del sur y ¡Viva Córdoba!

Pedro Sánchez Negreira dijo...

¡Brillante, Lola!

Un texto pegado a la voz y a las realidades -duras, descarnadas- de la tierra.

Me queda el sabor -dulce- del final de un calvario.

Un abrazo,

Patricia Nasello dijo...

No sé de que se trata este taller del que hablás, pero tu micro: Espléndido, Lola, magnífico.

Lástima grande no ser Kum*, pa' regalarte un sombrero...

AGUS dijo...

A mí si que me has matao al final, con ese cierre que contrasta con el tono anterior del texto. Pero, es que la vida es eso: una estridencia sin estridencias. Qué bueno, Lola.

Abrazos, besos.

Miguelángel Flores dijo...

Además se va compo vivió, con to puesto! Genial, Lola.
Habla como mi familia, pero ellos dicen: asules, calsetines, sapatos...

Abrazos pitingos

Luisa Hurtado González dijo...

Confieso que no soy muy de faralaes pero... ¿no he leído tu micro casi cantando? Magia. O duende, el tuyo, claro.

Lola Sanabria dijo...

Cordobesa serrana, entonces, Nicolás.

Hay que acabar con los calvarios, Pedro.

Es un taller de escritura de Córdoba que hace un concurso en la Ser, Patricia.

Una estridencia sin estridencias... Me ha gustado mucho esa expresión, Agus.

Porque son de Córdoba capital, o de la campiña. En mi pueblo la zeta se pronuncia, Miguel Ángel.

Abrazos flojitos por la calor.

Lola Sanabria dijo...

¿Por soleares, Luisa?

Abrazos y cante jondo.

David Moreno dijo...

Bien adaptado el lenguaje a la situación. Taller aprovechao, micro bordao, me sorprendió el final pa que te voy a mentir.

Un saludo indio
Mitakuye oyasin

Elysa dijo...

También me sorprendió el final. Después de tantas indumentaria lo que menos me esperaba era ese final. qué bueno.

Besitos

Lola Sanabria dijo...

Por eso esta semana, no tiene que haber sorpresas, David.

Para el último viaje hay que ir muy arreglada. Una no sabe con quién compartirá asiento, Elysa.

Besos muy arrreglados.